Lámina Campillo

Te recuerdo bajándote del coche encendiendo un cigarrillo y expirando el humo. Te recuerdo con sueño, feliz, y mirando al horizonte. Era septiembre de mil novecientos nada, porque nada tenías que perder. La playa estaba en calma, no había gente y los flamencos se relajaban en las Salinas. Te recuerdo delgada y con un semblante misterioso, como si trataras algo que ocultar. Aquel paraíso era ideal para ti porque huías de un frenético mundo, un mundo desolador, un mundo que no te entendía. Aunque empiezo a pensar que solo soy yo, la que todavía vive del recuerdo de todos y cada uno de aquellos días, cuando aún estabas aquí, a mi lado.